jueves, 22 de octubre de 2009

La aventuras del cabeza de milico II Parte

Las batallas

El campo de lucha siempre es un factor a considerar. Puede que en el piso existan baches, bichos o sustancias del armamento de algún soldado que anteriormente haya pasado por ahí explorando el terreno. Habrá puertas que no querrán abrirse y que incluso serán capaces de derramar su propia sangre con tal de no acceder, pero todo soldado bien calificado sabe cómo llevar acabo su misión. Es un trabajo en equipo. Puedes mandar a un primer pelotón bucal, con el comandante lengua a cargo de saborear el camino a la victoria. Es importante que él asegure la no existencia de gérmenes ni anomalías que puedan afectar al soldado. Una vez realizado esto, el pelotón manual entra en acción ¿Su misión? Calentar el campo de batalla. Ellos además explorarán la profundidad del problema y cómo podemos introducir a tu soldado en la misión designada.

Ha llegado tu hora soldado. Todo listo y dispuesto para cumplir el objetivo. Sabemos cómo será el campo de batalla, pero desconocemos lo que hay tras la puerta. Esa es tu misión. Seguramente te encontrarás con un panorama viscoso, tendrás que cruzar pantanos llenos de fluidos pegajosos. No se te ocurra saborearlos, quizás quién o qué ha pasado por ahí. A menudo te tratarán de impulsar hacia fuera, para luego volver a ingresar. No flaquees. Debes mantenerte firme, duro, capaz de eso y mucho más. Recuerda que para eso has trabajado cada tarde de la última semana con el escuadrón manual. Tendrás que soportar eso y mucho más.

Te tratarán de introducir por una cavidad húmeda donde conocerás al comandante lengua del enemigo. Te torturarán llevándote a un abismo gargantoso, dejándote incluso al borde del precipicio, pero no temas porque no caerás. Recuerda que te sostienen dos grandes cañones, los mismos que te envían municiones energéticas. Además tienes el respaldo de todo un cuerpo militar.

Te aterrorizarán llevándote por la puerta tras era; una especie de túnel pequeño, oscuro y putrefacto. Al principio no será fácil ingresar, te sentirás a punto de estallar, tu cuerpo se hinchará y alrededor te quedarán sustancias fétidas, atractivas sólo para las moscas. Aún así y aunque cueste decirlo, disfruta tu misión. Eres el mejor soldado y aunque no lo creas, estás destruyendo al enemigo. Se escuchan sus primeros gritos de dolor, queda poco para que se rinda.

Por su puerta principal ya afloran los primeros síntomas de cansancio, una capa líquida comienza a salir y recorre tímidamente partes de las largas montañas. Es hora de que vuelvas a ingresar por aquella compuerta y concluyas tu misión. Será agotador, pero estás preparado. Las sesiones en equipo y los videos revisados te han enseñado todo. Ahora ve por el enemigo. Ingresa y abandona rápidamente la puerta, una y otra vez. Recuerda que debes mantenerte siempre erguido.

Comienza a aumentar el flujo mucoso proveniente de la puerta principal. Le estás causando daño. Muy bien soldado. Los gritos del enemigo se hacen incontrolables, su cara se transforma y sus labios se hinchan. Ahora es cuando soldado. Mantente adentro de la habitación, no salgas. ¡Dispara! ¡Dispara! ¡Dispara! El enemigo yace tendido en el suelo. Aunque no lo creas, buscaba la muerte. Su último suspiro así lo ha demostrado. El ganador eres tú.

Pasan los minutos, pero…. ¿Qué pasa? El enemigo revive, ¡¡maldición!! Otra batalla exige de tu presencia. Es una guerra de nunca acabar. Aunque tú hayas acabado.

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